Mientras unos lloran, otros marchan
Resulta que el pasado 19 de
octubre, el ayuntamiento de Cuernavaca otorgó una autorización para que se
realizara una marcha pacífica para la pronta liberación del cannabis.
La marcha se realizó el sábado pasado y los
asistentes partieron de la glorieta de la Paloma de la Paz hasta el zócalo de
Cuernavaca, alrededor de las 4:20 horas. El permiso firmado por la secretaria
de seguridad pública del municipio, solicitaba apoyo vial durante el recorrido,
y según fuentes, se pudo consumir marihuana libremente mientras se caminaba
hasta el punto de llegada. Una vez en el zócalo, un grupo de activistas
plantaron algunos ejemplares de cannabis en las jardineras del mismo, que al
día de hoy se pueden apreciar sin ningún problema.
Esto supone un avance en cuanto a los
derechos de los consumidores y una exigencia de que la marihuana sea legal lo
más pronto posible, es bueno ver que esto sucede en otras partes del país fuera
de CDMX, en donde se encuentran las protestas principales en las afueras del
congreso de la república.
En los próximos días, veremos si todos
estos intentos por apresurar la legalización del cannabis dan frutos, porque,
mientras unos protestan por la visibilidad de los derechos de los consumidores;
otros son detenidos, humillados, y despojados de sus pertenencias por portar un
mínimo de marihuana en las calles de su ciudad. Y aunque portar marihuana sigue
siendo un delito en México, nadie merece que “policías” te agredan verbalmente,
físicamente y de paso se roben tu dinero y tu teléfono, mientras estos se
burlan de como “estás desperdiciando tu vida”, de cómo eres una “vergüenza para
tu familia” y te digan que pueden
arruinarte el futuro cuando ellos quieran (llevándote a prisión). Hablo de mí,
por cierto.
La marihuana debe ser legal ya, debemos
terminar con los estereotipos de los consumidores, dejar de criminalizarlos y
tratarlos como si fueran delincuentes, pero sobre todo, y hablando desde este acto
cometido hacia mi persona, debemos terminar con la brutalidad policial y el
abuso de poder. No más encierros, no más despojos, no más humillaciones ni
abusos hacia personas que no le hacen ningún daño a nadie.
Aunque siempre término planteándome la
misma pregunta: ¿la legalización realmente acabará con los estigmas que se tienen
hacia los consumidores? existe demasiada desinformación acerca de la planta, de
todos sus usos y de su consumo, no sabemos a ciencia cierta si la sociedad está
preparada y si el respeto a las libertades ajenas será mutuo. No sé, espero
equivocarme y que así sea.
Amor y paz.

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